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viernes, 17 de febrero de 2012

EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES



Quizás el ejemplo peque de absurdo por ser simple, pero baste para explicar lo efímero de la vida; uno camina por la playa abstraído. No importa el motivo de dicha abstracción, el caso es que camina sin rumbo marcado. Camina, decía, sin importarle lo que le rodea. Cerca de la orilla, donde la arena ya ha sucumbido al envite de agua y sal, uno se detiene para observar el infinito y allí perderse aunque sea sólo un instante.
Cuando se permanece enganchado al espectáculo del atardecer marítimo, se pierde la noción del tiempo. Sin embargo, la marea no cesa, las olas ya mojan con suavidad los pies del que observa y es entonces cuando despierta. Siente que a él ha llegado algo que hasta hace un momento no imaginaba, esas tímidas olas. Llegan, crecen, decrecen y se marchan de nuevo en dirección mar adentro, y son sólo eso; olas, pequeñas olas de un enorme mar que guardan un secreto vital en forma de lección: lo efímero de la vida, lo efímero de las cosas, lo efímero de ese doloroso sentimiento llamado amor.

Cuando aquél que mira al horizonte emprenda de nuevo la marcha ya entrada la noche, oirá el ruido de unas olas que son lanzadas de la vasta inmensidad del mar, se girará, dará la espalda al mar tanto tiempo contemplado, sonreirá y mientras su corazón medita  aquella explosión de sensaciones, se dirá a si mismo: “Carpe Diem,Carpe Diem...”




ella: Entonces eres socialista... 
yo: ¿Por? 
ella: Mi  padre dice que todos los pobres son socialistas 
porque les prometen que van a quitarle todo a la gente que no es pobre. 
yo: Menuda empanada tiene tu padre.
 
ella: ¿Tú también eres socialista?
 
yo: No, yo soy bolchevique.
 
ella: ¿Y eso qué es?
 
yo: Pues mira, los bolcheviques no nos conformamos con quitarle todo a los ricos, eso no cambiaría nada. Lo que hay que hacer es fusilarlos. A los ricos primero y a los pobres después, ¡fusilarlos a todos!
 
ella: Te estas riendo de mi. Es una broma...
 
yo: No.
 
ella: Sí.

yo: Mira, yo no soy nada y si fuese algo dejaría de serlo por ti.







 Nunca habéis sentido la magia rodeando vuestro cuerpo?
Esa magia que no se puede ver si no la sientes, pero que puedes intuirla cuando pasa cerca de ti. Los acordes de una guitarra que llegan a tu piel y se clavan en el alma. La voz cautivadora. La magia ajena que se contagia con el roce de las sonrisas.
No me digáis que nunca la habéis sentido.
¿Nunca habéis sentido las señales? Señales. Hablo de señales, hablo de la casualidad, de la coincidencia, no hablo del destino ni de la suerte. Hablo de las señales, de las huellas que vamos descubriendo y a las cuales nos aferramos en el camino de nuestros sueños. Hablo del anticipo de una gran sensación, del comienzo de una vida diferente. Hablo de las señales porque aparecen en mi vida. Y aparecen por algo. Es el tren con destino Ilusión que esperará en la estación de mi vida hasta que todo acabe y el sueño desaparezca, tras una nube blanca...
 
De verdad, ¿nunca lo habéis sentido?
Simplemente. Señales.

¡Ilusión! Esa es el palabra que buscaba. Ilusión. Ilusión. Ilusión.
La puedes repetir las veces que quieras, pero siempre tendrá significados diferentes.
 Tú lo llamarás la acción. Sí, es un buen nombre. También sirve la locura, la felicidad, la sensación de haber estado montados en una nube, la risa tonta e incontrolable, el brillo en unos ojos que parecían recién iniciados en la ilusión... Quizás podría escribir más, pero desde lo alto de esta nube se pierde la perspectiva de la vida y sólo se ven los sueños. Ojalá estemos en ella mucho tiempo, querrá decir que nos acercamos cada vez más a lo único por lo que estamos aquí, una ilusión.Y eso, sólo eso ha bastado para que pueda escribir que la tarde del 18 de Febrero de este año 2012 que está a punto de morir, halla sido una de las más hermosas y todo porque te recuerdo










El tiempo que ya ha comenzado y que jamás morirá, será nuestro, si tu quieres; serán nuestras las ilusiones, serán nuestros los sueños, puede que el mundo sea nuestro, que lo tengamos en nuestras manos, será tuya la alegría y mía la depresión, podremos compartir esos momentos tan dispares cuando tú necesites lágrimas o yo pida carcajadas, será nuestro el momento de dar un portazo, acabar con una vida condenada y empezar una nueva, nuestros serán los atardeceres, la lluvia, nuestra será la noche, todo.

Sabes, a veces siento miedo. Miedo porque quizás dentro de un tiempo, cuatro o cinco años, nos hayamos distanciado tanto hasta llegar al olvido. Miedo porque lo difícil no es llegar a algo sino mantener ese algo junto a uno mismo. Miedo también, porque nunca había sentido tanta complicidad con una persona a la que conocía tan poco. Miedo, quizás demasiado, en el momento de decidir. Miedo al futuro incierto en definitiva... pero a pesar de todo, soy sincero: contigo mis miedos se transforman en ilusiones. No lo escribo para llenar espacio en este mi santuario, ni porque esa unión de palabras “suene bien”. Simplemente lo escribo porque es mi realidad. Me has cambiado ¿qué quieres que le haga? Quizás es porque yo sea una persona muy influenciable, o quizás tu tengas el don de llegar a la gente en muy poco tiempo, no lo sé, pero es así.

No creo que me quede mucho más que decir. A veces las mejores palabras son las que surgen en nuestras cabezas y es por eso, porque son nuestras, por lo que son únicas.









Ahora estoy tan envenenado que sólo quiero repetir el mismo momento en mi mente una y otra vez, sin parar, sin dejar que nada ni nadie me haga caer.
El veneno son esos ojos. No son especiales, no tienen un color al que poder admirar, ni un brillo especial, ni la perfección. No son diferentes pero son indescriptibles. A pesar de haber usado decenas de adjetivos, no se puede describir lo que se siente al mirar a unos ojos tristes, de los que parecen haber brotado lágrimas de vida, de los que parece nacer todo. Indescriptibles.
Nunca seré capaz de explicarlos. Nunca nadie podrá expresar lo que se siente al mirar a alguien y notar algo, que sólo aparece en los momentos de cambio. En los momentos en los que crees ver la luz, aunque acabes cayendo, ves la luz.

Ella ignora todo esto. No sabe nada. Sólo conoce perdida, mi mirada, una bala que a su corazón viaja. Directa a su alma la espada, aun por mi sangre manchada, por sus huellas sigue envenenada. Hay magia viviendo en la distancia que nos separa, restos del “querer” se almacenan al anochecer, en su almohada, lo que queda del “poder” sigue inmóvil en mi mente abandonada.
Y jamás leerá unas líneas, que para el fuego fueron creadas, en ella, inspiradas, para ella regaladas.










Pensando pensando  tome un acuerdo con la locura

  la locura y yo nos hemos ido haciéndonos buenos compañeros de viaje. Ya casi somos amigos.
Ella me da ilusiones imposibles. Yo dejo que ella siembre sus semillas en mí. Ella enciende una hoguera. Yo me encargo de mantenerla viva
 aportando tanto sentimientos como pensamientos.Es un trabajo de equipo; entre la locura y yo.
La locura es un cierto placer que sólo el loco conoce.La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas de las personas, ha tomado la inteligente  resolución de volverse loca.Y yo decido seguirla
para que dar el alma, para que dar el corazón


                              



 Dicen que de las musas las reconocemos como tal
 de manera inequívoca cuando nosotros(los que admiramos) sufrimos cuando ellas lloran nos alegramos cuando ríen,nos sentimos culpables cuando cometen errores, o rozamos la felicidad en el momento que nos rodean con toda su luz,es decir
la musa es nuestra alma  fuera de nuestro propio cuerpo.Difícil de entender verdad


              




                 Guerreo solitario
                 por luchas que hoy
                 no merecen las penas
                 Aquél a quien los besos
                 ya no consuelan
                 soy simplemente 
                 sueño,sombra,soy
                 pensamiento en este
                 camino por siempre 
                 desierto que se perdió
                 un día cualquiera
    



Noto una respiración que no es la mía. Unos latidos que no provienen de mi corazón. Unas manos me acarician suavemente los labios...Y cuando por fin consigo abrir los ojos la veo.
  Ella sonríe levemente y coloca su dedo índice en mis labios: “no hables, solo escucha” dice con una voz tenue, ligera, dulce “Me has estado buscando y cuando me encontraste comenzó tu agonía. Nunca quise matarte, pero tu quisiste morir por mi. No puedo evitarlo, has luchado por verme. Has dado tu sangre, tu cuerpo, tu alma, todo”“No podrás hacer nada por la persona a la que amas, solo seguir amándola eternamente. Y ahora que ya has muerto dime: ¿Volverías a vivir, buscándome? ¿Volverías a morir por mí?”
               Recuerdo unos versos:
     
  Y morirme contigo si te matas.
Y matarme contigo si te mueres.
Porque el amor cuando no muere mata,
pero amores que matan, nunca mueren.



Ella me mira y baja la mirada dejando caer una lágrima sobre mi charco de sangre. Con la voz entrecortada solo puede añadir: “La muerte no existe. La gente solo se muere cuando la olvidan. Si puedes recordarme, siempre estaré contigo”

Su mano recorre mi cara, sus labios besan mis labios.
Y se aleja de espaldas, por no dejar de mirarme.











"Todo acaba en esta vida". Ese es el tópico más utilizado por todos aquellos que buscan consuelo cuando sienten que han perdido algo. Quizá pudiera usarlo en mi caso, pero no lo haré puesto que nada he perdido, ya que nada gané.


  Es un amor imposible, es el más doloroso que uno puede llegar a tener. Es el que más profundo llega, el que más te atrapa en menos tiempo, el que más anclado a ti piensas que está cuando en realidad es el más errante y fugitivo de todos, aquél amor traicionero que te coloca la miel en los en la punta de la lengua, te hace saborearla, y cuando crees que ya la tienes entre la comisura de tus labios y que nunca la perderás, el tiempo te la arrebata sin compasión.